La cultura del resultado, entendida como la dimensión en la que el único indicador válido para catalogar la gestión del líder es si ganó o perdió, favorece la aparición de dos estados emocionales para saludables en quien debería transmitir mesura, tranquilidad y equilibrio en las o los atletas, antes, durante y luego de la competición.
En relación a la competición deportiva, la EUFORIA se la considera como un desequilibrio emocional provocado por la aparición del éxito repentino o inesperado, y lo único que provoca en los atletas es:
- Impedimento de ver en perspectiva los desafíos venideros.
- Respectivas estrategias de logro para intentar superarlos.
- Los roles individuales asignados en pos de estos escenarios.
Utilizando la competencia como dispositivo de aprendizaje. Un entrenador eufórico no ve lo que debe ver por su rol: la mirada estratégica indelegable en otra persona, por la naturaleza de su función.
Por otro lado, La BRONCA como estado emocional no saludable es la otra cara de la moneda, en términos de la gestión basada únicamente en los resultados. Si el resultado final o la tabla de posiciones es el único indicador válido de la gestión de liderazgo y ejecución del equipo, lógicamente cuando los resultados no acompañen de manera favorable las expectativas internas y externas, la bronca en el líder aparecerá como respuesta automática, y se transmitirán sentimientos tóxicos al resto de las/los atletas.
Es importante destacar que el prólogo de la bronca es el enojo y el epílogo, la depresión. Nada de este tridente contribuye al alto rendimiento, ni alcanzar niveles óptimos de fortaleza mental en atletas.
El enojo probablemente sea uno de los mecanismos mentales que más energía insume y le quita al psiquismo, y la depresión, la consecuencia lógica de reivindicar o criticar en exceso al pasado.
Recordemos que la línea temporal que debe gestionar en concreto el líder es el presente, el aquí y ahora. No obstante, es difícil para el entrenador la gestión de estos estados emocionales, por la alteración que provoca la naturaleza de la competencia.
Por este motivo es que se pueden recomendar numerosos instrumentos para favorecer la regulación emocional del líder ante la aparición de euforia y/o bronca, a saber:
- Técnicas respiratorias, las cuales pueden ser de músculo a mente o de mente a músculo.
- La gestión de la precompetencia, competencia, y poscompetencia, apoyada en datos objetivos y no en opiniones influidas del estado emocional de turno.
- El permanente foco en el proceso de competición, no solamente en la última contienda, como soporte de la mesura necesaria para observar el recorrido competitivo y no simplemente una fracción.
La pertinencia acerca de la autoestima, la autoconfianza y la actitud positiva se corresponde con la necesidad del entrenador de crear estrategias de autoregulación emocional y fortalecimiento de la capacidad anímica de sus dirigidos, de cara a la competencia.