Hoy en día, casi todos los deportistas —desde adolescentes en formación hasta profesionales consagrados— utilizan redes sociales. Ya sea para compartir un gol, una rutina de gimnasio, una victoria o simplemente su día a día, plataformas como Instagram, TikTok o X (antes Twitter) se han convertido en parte de la vida deportiva. Sin embargo, lo que parece ser solo una herramienta para motivar o conectar con otros, también puede traer riesgos graves si no se maneja con cuidado.
Ver constantemente a otros deportistas mostrando solo sus mejores momentos puede generar ansiedad y frustración. Muchos jóvenes y adultos sienten que tienen que mostrarse perfectos: siempre entrenando, siempre ganando, siempre felices. Pero la realidad es diferente. Las redes muestran una parte, no el todo. Esta presión de aparentar puede llevar a problemas de autoestima, estrés o incluso depresión. Familiares: estén atentos a los cambios de humor, aislamiento o comentarios autocríticos relacionados con el rendimiento deportivo y la imagen en redes.
Cualquier persona que se exponga públicamente puede recibir críticas, insultos o burlas. En el mundo del deporte, esto se agrava: perder un partido, fallar una jugada o expresar una opinión puede desatar una avalancha de ataques. El ciberacoso no es algo menor: puede afectar el rendimiento, la salud emocional y hasta hacer que alguien deje de practicar deporte. Recomendación: nunca responder con odio. Usa herramientas de bloqueo, denuncia, y, sobre todo, habla con alguien de confianza si te sentís mal.
Al compartir ubicaciones, rutinas, relaciones o incluso imágenes de la casa, muchas veces sin pensarlo, se expone información que podría usarse en contra. Desde robos, acoso, hasta violaciones de la intimidad. Consejo: configurá bien la privacidad de tus cuentas. No publiques detalles innecesarios y evitá compartir la ubicación en tiempo real.
Un comentario fuera de lugar, una broma mal entendida o una foto polémica puede cerrar puertas. Muchos clubes, entrenadores y patrocinadores revisan redes antes de contratar a alguien. Ejemplo real: deportistas jóvenes han sido eliminados de selecciones por comentarios machistas, racistas o violentos que publicaron —a veces incluso años antes—.
Compararse con otros es parte de la vida, pero en redes esto se multiplica. “¿Por qué él tiene más seguidores?”, “¿Cómo logra tanto?”… Esta competencia virtual puede ser tan desgastante como una carrera mal llevada. Recuerda: cada proceso es único. En redes, casi nadie muestra sus fracasos o frustraciones, solo los triunfos.
Las redes sociales pueden abrir puertas, motivar y conectar. Pero también pueden ser una trampa si no se usan con conciencia. Como en el deporte, lo importante no es solo estar presente, sino saber cómo jugar.